Las instalaciones de Laguna son amplias, luminosas, cómodas y accesibles, porque deben ser coherentes con un principio fundamental: el cuidado que debe ofrecerse a cada enfermo, ha de ser cálido, humano e integral, desde todos los ámbitos, tanto sanitarios, como personales y materiales. Porque velar por el bienestar de una persona cuando sus capacidades están más limitadas, le ayuda a percibir su valor intrínseco como ser humano. Dignificar es estar en cada detalle.